Nacimiento y Cuidado de los Niños
DESEO DE LAS MUJERES JUDIAS PARA TENER NIÑOS
Había entre las esposas judías el anhelo universal y alegría en la esperanza de tener hijos. El anhelo se expresaba en las palabras de Raquel a Jacob, "Dame hijos, o si no, me muero" (Gen. 30:1). El Señor había dicho originalmente a Adán y Eva, "Fructificad y multiplicad" (Gen. 1:28). Y la promesa a Abrahán era, "Y haré tu simiente como el polvo de la tierra" (Gen. 13:16). La ley de Dios enseñaba que los niños eran una señal de la bendición de Dios: "Bendito el fruto de tu vientre" (Deut. 28:4). El salmista nos pinta a un hombre bendecido por Dios, al decir: "Tu mujer será como parra que lleva fruto a los lados de tu casa" (Sal. 128:3). La esterilidad en el matrimonio se consideraba como una visitación divina de maldición. La esterilidad de Ana fue "porque Jehová había cerrado su matriz" (1 Sam. 1:6). El tener un hijo después de mucho tiempo de esterilidad, como en el caso de Elizabeth, quiere decir que el Señor había quitado su afrenta entre los hombres (Luc. 1:25).
PREFERENCIA POR HIJOS VARONES
Entre los árabes de Palestina hay siempre un deseo de parte los dos padres para que el recién nacido sea un niño mejor que niña. Una bendición al separarse con frecuencia usada por los árabes es:
Que las bendiciones de Alá sean sobre tI
Que tu sombra nunca se empequeñezca,
Que todos tus hijos sean niños y no niñas.
Los niños son siempre más deseados porque existe la tendencia a aumentar en tamaño, riqueza e importancia el grupo familia clan. Cuando crecen y se casan, traen con ellos a sus esposas al hogar y los niños de tales uniones se perpetúan en la casa del padre, los hombres aumentan la casa, de las mujeres se piensa que las menguan. Cuando se casan, van a vivir a la casa del esposo.
La actitud entre los árabes de los tiempos actuales, fue siempre la actitud del pueblo hebreo del Antiguo Testamento. Excepto los judíos cristianos, había una razón que añadir por qué cada mujer hebrea que esperaba, deseaba tener un niño. Ella siempre esperaba que su hijo fuera el Mesías. La promesa mesiánica de la Biblia, sin duda estaba siempre en los labios de las mujeres hebreas. "No será quitado el cetro de Judá, y el legislador de entre sus pies, hasta que venga Shiloh" (Gen. 49:10). "Saldrá estrella de Jacob y levantaráse cetro de Israel." (Núm. 24:17). Esto conservaba la esperanza de la venida del Mesías, y era causa de que las madres judías desearan un niño en cada alumbramiento, y que quizá ella pudiera ser la madre de Shiloh.
CUIDADO DEL INFANTE
Por años los Orientales de las tierras bíblicas han cuidado los niños tal como cuando Jesús nació. En vez de permitir al niño el libre uso de sus extremidades, se enreda de manos y pies con bandas de pañales, y así lo convierten en un bulto desvalido semejante a una momia. Al nacer, al niño se le baña y se frota con sal; con sus piernas juntas y sus brazos a los lados, es envuelto apretadamente con bandas de lino o de algodón de diez a doce centímetros de ancho, y de cuatro a cinco metros de largo. La venda también se pasa bajo su barba y sobre su frente.
El profeta Ezequiel indica que estas mismas costumbres al nacimiento del niño se practicaban en su tiempo. "El día que naciste ni fuiste lavada con aguas para atemperarte, ni salada con sal, ni fuiste envuelta con fajas" (Ezeq. 16:4). Todos estamos familiarizados con las palabras de Lucas, de cómo cuidaron al niño Jesús: "Hallaréis al niño envuelto en pañales, echado en un pesebre" (Luc. 2:12).
RITOS JUDIOS Y OFRENDAS AL
NACIMIENTO DEL NIÑO
Los niños judíos eran circuncidados a los ocho días de nacidos. El que hacía la circuncisión decía las siguientes palabras: "Bendito el Señor nuestro Dios, que nos ha santificado por sus preceptos, y nos dio la circuncisión". Entonces el padre del niño pronunciaba estas palabras: "Quien nos ha santificado por sus preceptos, y nos permite introducir nuestro niño en el pacto de Abrahán nuestro padre". Porque se decía que Dios había cambiado los nombres de Abraham y que le había dicho, "Este será mi pacto, que guardaréis entre mi y vosotros y tu simiente después de ti" (Gen. 17:10). Jesús fue circuncidado al octavo día de su nacimiento, llamándosele "Jesús" en esa ocasión (Luc. 2:21).
Después del nacimiento, la madre judía pasaba un período de purificación de siete días por un niño; y de catorce días si era niña, Y aun después permanecía en casa treinta y tres días por un niño, y seis días por una niña. Entonces ya podía ir al templo para presentar las ofrendas por el nacimiento del niño. Si era rica llevaba un cordero como ofrenda, pero si era pobre ofrendaba dos pichones jóvenes o un par de tórtolas (Luc. 2:24).
ASIGNANDO AL NIÑO SU NOMBRE
A los árabes les gusta componer los nombres que pondrán a sus hijos con el nombre de Alá. Esta era una costumbre muy común entre los hebreos de incluir el nombre de Dios como parte del nombre del niño.
Se dan aquí algunos ejemplos, de nombres hebreos que van con su significad
Abdías, "Siervo de Jehová"
Abías, "Cuyo padre es Dios"
Azarías, "Ayudado por Jehová"
Daniel, "Dios es mi Juez"
Elías, "Mi Dios es Jehová"
Elcana, "A quien Dios creo
Ezequiel, "Dios fortalecerá"
Ochozías, "Poseído por Jehová"
Otra costumbre era practicada por los judíos al poner nombre sus hijos. Después del nacimiento del primer hijo, los padres conocidos como el padre de Fulanito, y la madre de Fulanito. Y hijo añadía el primer nombre del padre como el suyo. Así habló de Pedro en el idioma arameo, como "Simón Bar-Jonás" quiere decir "Simón, hijo de Jonás" (Mat. 16:17). Los árabes dar tal nombre ahora simplemente omiten la palabra "hijo" y él sería llamado "Simón Jonás".
Los judíos en tiempo de Cristo tenían nombres dobles. Así se nota en el caso de Tomás. El Evangelio de Juan, al referirse a él, "Tomás, el que se dice el Dídimo" (Jn.11:16). Ambos nombres quieren decir "gemelos". El nombre de Tomás era arameo, y el nombre Dídimo era griego. Cuando viajaban a países extranjeros, los judíos con frecuencia asumían el nombre griego o latino, u otro nombre que tuviera un significado similar al suyo propio.
Los nombres judíos dados a las niñas, con mucha frecuencia eran tomados de diversos objetos hermosos de la naturaleza, o de gracias de carácter agradable. Ejemplos bíblicos son Jemima (paloma) Tabitha o Dorcas (gacela); Rhode (rosa); Raquel (cordero); Salomé (paz); Débora (abeja); Esther (estrella). Noemí dijo a las mujeres de Bethlehem, "No me llaméis Noemí, sino llamadme Mara". Usando los significados de los nombres como los encontramos en elmargen de nuestra Biblia, se leerá así: "No me llaméis Placentera, sino llamadme Amargura" Ruth 1:20).
OBLIGACION DE LOS PADRES DE CRIAR BIEN A LOS HIJOS
Se entiende muy claramente en las Escrituras que la madre se entendía con la mayor parte del entrenamiento y enseñanza de sus hijos en sus primeros años. El libro de los Proverbios habla de "Palabras del rey Lemuel; la profecía con que le enseñó su madre" (Prov. 31:1). Y en lo que concierne a Timoteo; Pablo dice: "Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras" (2 Tim. 3:15). Antes, en esta epístola, Pablo se refiere a la fe de la madre de Timoteo y de su abuela (2 Tim. 1:5). Entonces los jóvenes eran enseñados por sus madres. Las hijas, sin duda quedaban bajo el cuidado y guía de sus madres hasta que se casaban. Como los jóvenes iban creciendo, entonces eran enseñados por sus padres, aun cuando nunca salieran del entrenamiento de sus madres. En el libro de los Proverbios frecuentemente encontramos referencias a la instrucción de un padre a Su hij0 "Guarda, Hijo mío, el mandamiento de tu padre" (Prov. 6:20). Solamente en las familias que disponían de algunos recursos la enseñanza se confiaba a los tutores, por ser muchos los hijos (2 Reyes, 10:1.5). Las escuelas para la enseñanza de los judíos jóvenes no las hubo en operación sino hasta una fecha mucho más tarde.
Educación de la Juventud
Un estudio sobre la educación en las tierras bíblicas desde antes y después de los tiempos bíblicos se situará en las maneras y costumbres del pueblo, y arrojará luz sobre ciertos pasajes bíblicos.
LAS ESCUELAS DE UR, CUANDO ABRAHAM ERA NIÑO
La expedición arqueológica presidida por Sir Charles Leonard Woolley llevada al cabo en Ur de los Caldeos, que duró de 1922 a 1934, ha probado que existieron escuelas en la ciudad en que Abrahán pasó su juventud. Se descubrieron ladrillos de arcilla que indican algunas de las materias que se enseñaban en esas escuelas. Los alumnos escribían sus lecciones en ladrillos, y lecciones de vocabulario al dictado. En aritmética, tenían la tablas de multiplicar y dividir, y alumnos más avanzados sabían raíz cuadrada y raíz cúbica, con lecciones de geometría práctica. Las lecciones de gramática incluían ejemplos de conjugación de verbos. Estas revelaciones juntas a otros descubrimientos en Ur, nos dan idea de que Abrahán venía de una ciudad muy civilizada. Sin duda que él asistió a alguna de estas escuelas.
Es cierto que Abraham y Sara estaban familiarizados con leyes de Hamurabí, habiéndoles sido ensañado este código de babilónicas en su juventud. La explicación a la acción de Sara al a su criada Agar como una esposa secundaria (Gen. 16), fue porque la ley de Hamurabí consentía que se hiciese. Una acción parecida repitió en las relaciones de la familia de Jacob (Gen. 30). Pero después que la ley de Moisés entró en vigor, desapareció esta costumbre en Israel.
ESCUELAS DE EGIPTO CUANDO MOISES ERA JOVEN
Esteban nos da el relato de que "Fue enseñado Moisés en sabiduría de los egipcios" (Hech. 7:22). Nos ha venido de la tierra del Nilo una rica información para hacernos saber lo valioso que la educación de este legislador en Egipto.
La tradición nos dice que Moisés concurrió a la escuela del templo del Sol en Heliópolis. Fue allí sin duda donde aprendió a leer y a escribir. Hay indicaciones que recibía lecciones de aritmética, usando la anotación de la escala decimal. Debe haber estudiado suficiente geometría que le permitió estar familiarizado con la agrimensura, el arte de medir la tierra, y sus conocimientos de matemáticas le llevaron a la trigonometría. Los egipcios también estudiaban la astronomía, así como la arquitectura. También tenían algunos conocimientos de la ciencia médica y dental, y conocían la anatomía y la química, teniendo también conocimientos de los metales, porque tenían minas de oro, y de cobre, y estaban familiarizados con el uso del hierro y la manufactura del bronce. La música también la consideraban como una materia importante en las escuelas egipcias. Moisés debe haber tenido una cultura amplía, y de acuerdo con las normas del Egipto antiguo, que eran de alto calibre.
LA EDUCACION BAJO LA LEY DE MOISES
La obligación de educar a la juventud había sido delegada por la ley mosaica a los padres hebreos. El hogar debía ser la escuela v los padres eran los maestros. El Reglamento dice así:
"Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón: y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa y, andando por el camino, al acostarte y cuando te levantes: y has de atarlas por señal en tu mano, y estarán por frontales entre tus ojos y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus portadas" Deut. 6:6-9).
Las fiestas de la Ley tales como la Pascua estaban diseñadas en tal forma que los jóvenes no tenían más que hacer esta pregunta: "¿Que rito os éste vuestro?" Ex. 12:26), dando así a los padres una oportunidad para explicarles su verdadero significado.
El tabernáculo, y más tarde el templo, debían ser lecciones objetivas de la verdad divina. Cada séptimo año, en la fiesta de los tabernáculos, el sacerdote leía la Ley al pueblo. De esa manera también lo sacerdotes y los levitas eran maestros en la tierra. Luego se levantó un orden de profetas, principiando con Moisés y continuando a través de una larga e ilustre línea, quienes fueron sin duda valiosos maestros de la juventud en la tierra. Fueron desarrolladas por ellos escuelas especiales para el entrenamiento de los jóvenes profetas, como luego lo veremos.
LAS ESCUELAS DE PROFETAS
Por causa de la declinación moral del sacerdocio bajo Eh y sus malvados hijos, Samuel tuvo la inspiración de formar una escuela de profetas, donde los jóvenes, mayormente los levitas, se entrenaban para enseñar la ley de Dios al pueblo. Había una de esas escuelas en la ciudad de Rama presidida por Samuel, y a la cual huyó David estando allí por algún tiempo cando Saúl le buscaba para matarlo (1 Sam. 19:18-21). Parece que había otra escuela en Gilgal donde Samuel menciona "una compañía de profetas" (1 Sam. 10.5, 10), en los días de Elías y Eliseo, se hacía referencia a "los de los profetas" (1 Reyes 20:35), que vivían juntos en Gilgal, Bethel y Jericó (2 Reyes 2:1, 3, 5; 4:38). Cerca de cien profetas comieron con Eliseo en Gilgal (2 Reyes 4:38-44). Puede haber existido tantos como esos en Jericó, porque se hace mención de "cincuenta varones de los hijos de los profetas" (2 Reyes, 2:7), que fueron buscar el cuerpo de Elías. Sin duda estas escuelas eran para la enseñanza y estudio de la ley y la historia de Israel, cultivando también la música y poesía sagradas. La escritura de la historia sagrada a ser una parte importante del trabajo de los profetas. A estos jóvenes se les estudiaba mental y espiritualmente para ver que estuvieran en capacidad para ejercer una mayor influencia para el bien sobre pueblo de su tiempo.
LAS ESCUELAS DE LAS SINAGOGAS CUANDO JESUS
ERA UN NIÑO
Cuando Jesús hubo crecido hasta convertirse en un joven, sin duda que concurría a la escuela de la sinagoga, en la villa de Nazareth). El niño judío era enviado a esta escuela cuando estaba entre el quinto y el sexto año de su vida. Los alumnos cada uno estaban de pie juntamente con el maestro, o se sentaban en el piso en un semicírculo, dando frente al maestro. Cuando los niños tenían diez de edad, la Biblia era su único texto. De los diez a los quince años la ley tradicional era la materia más importante, y un estudio de teología como se enseñaba en el Talmud era aplicado a aquellos mayores de quince años de edad. El estudio de la Biblia principiaba el libro de Levítico, y se continuaba con otros pasajes del Pentateuco, luego seguían con los Profetas, y finalmente las demás Escrituras Debido a la notable familiaridad de Jesús con las Santas Escrituras, podemos estar justamente ciertos de que su hogar de Nazareth tenía una copia completa del Libro Sagrado. Sin duda él amaba meditar sobre sus páginas en su casa después de haber recibido sus enseñanzas en la escuela.
LA ESCUELA RABINICA EN LOS TIEMPOS DE PABLO
En tiempos de Pablo había dos escuelas rivales de teología rabínica, la escuela de Hilel a la que Pablo asistía en Jerusalén, y la escuela de Shamai. La primer escuela era el más liberal, como nosotros pudiéramos pensar en la actualidad, y ponía un énfasis tremendo sobre las tradiciones orales de los judíos. Como un joven de 13 años de edad, Saulo de Tarso fue a Jerusalén para principiar su entrenamiento, bajo el gran maestro Gamaliel. Pablo se graduó en esta escuela y vino a ser el típico rabí fariseo. De su entrenamiento, él mismo decía: "Yo de cierto soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, mas críado en esta ciudad a los pies de Gamaliel, enseñado conforme a la verdad de la ley de la patria, celoso de Dios, como todos vosotros sois hoy" (Hech. 22:3).
El entrenamiento de Jesús cuando era joven había sido bajo la otra escuela, donde había menos conflicto sobre la tradición, y más sobre las enseñanzas espirituales de la Ley y los Profetas. En los días antes de su conversión, como Saulo había resentido lo que Jesús dijo de los fariseos, "¿Por qué también vosotros traspasáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición. Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición" (Mat. 15:3, 6).
LAS ESCUELAS ROMANAS EN EL PRIMER SIGLO
Hoy se sabe que hubo veinte escuelas de gramática en Roma cuando el apóstol Pablo hizo su primera visita a la ciudad. A señoritas lo mismo que a jóvenes se les permitía ir a la escuela, pero hay evidencia que más jóvenes que señoritas aprovechaban este privilegio.
La referencia de Pablo al "ayo" Gál. 3:24) de estas escuelas romanas, fue primeramente mal entendida por muchos, hasta que los escritos papiros arrojaron luz sobre su significado. El individuo llamado en nuestra traducción "ayo" realmente no era el jefe o maestro: más bien un esclavo fiel cuya obligación era llevar y a los hijos de su jefe a la escuela y cuidar de que no les sucediera algún mal. Pablo comparaba a Cristo con el maestro real, y la ley era semejante el esclavo cuya obligación era llevar al alumno al maestro.
Los descubrimientos arqueológicos en Efeso indican que la escuela de Tirano en la que Pablo discutía cada día, (Hech.19:9), probablemente era la escuela elemental, donde el maestro en algunas horas por la mañana y algunas veces por la tarde. Así el cuarto podía estar a disposición de Pablo cuando lo necesitase, de tal manera que los cuartos de escuela estaban situados adyacentes a la calle prestándose admirablemente a su propósito.
DIOS LES BENDIGA MAS Y DISFRUTEN:
SU PASTOR Y AMIGO LUIS R. HERRAN CASTILLO
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